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lunes, 9 de agosto de 2010

Comienzos Del Instituto Seminario Franciscano

Por: Lucia B. Martín 3ºc ESB

Cumplir las Bodas de Plata :

Cumplir 25 años es una buena ocasión para ponerse a reflexionar. Escrutar el ayer; mirar el hoy e imaginar cómo construiremos el mañana.

Mirar el ayer nos hace reencontrar nuestros primeros pasos. Eso nos de la identidad, porque podemos tener clara conciencia de nuestras raíces.

Hay raíces Ices tan profundas que se remontan a 500 años atrás, con la llegada de los primeros Franciscanos a América, con su tarea evangelizadora y educadora. Con muchos errores y defec­tos, pero con la firme convicción de entregar el mensaje que San Francisco trajo al mundo: La Paz y El Bien.

Nosotros pertenecemos a esa parte de la gran Familia Franciscana que son Los Frailes Menores Conventuales.

Los Franciscanos en Moreno

En el año 1954, según hace memoria el P.

Gaudencio, se compra este terreno que ocupaba la extensión de 10 hectáreas, con dos casas: una de ellas es el chalet que aun identificamos. Existan, además, 2 galpones que, anteriormente, es­taban destinados a la fabricación de yeso.

En este alejado lugar comienza la primera ex­periencia: será el lugar de encuentro de los fra iles, de sus descansos y del intento de la organización de un Seminario para las vocaciones de la Orden.

Nace el Instituto

Tenemos que hacer mención, aquí, al primer superior de la Comunidad: Pr.. Buenaventura Comini.

En ésta primera etapa el Fr. Damián Valdagni comienza la tarea de organización de un Ciclo Básico Secundario, que serán las bases del actual Instituto. De acuerdo a los trámites de oficializ­ación, ya tenemos al primer Rector: Fray Nicolás Raimondi. Este periodo que podemos llamar "de los comienzos" se extendió desde 1961 a 1970. Contó, también, con el imponderable apor­te del Fray Gaudencio Salvaterra a quién acom­pañaron otros frailes. Algunos, en calidad de pro­fesores. Otros, apoyando dicha tarea en lo que significa la educación de los "futuros frailes".

Entre otors, debemos recordar el aporte de: Fr. Bruno Garbo, Fr. Benjamín Zanotelli, Fr. Bernar­do Mazorana, Fr. Tarcicio Carraro, Fr. Bernardo Lamberti, Fr. Gentile Rizzo, Fr. Angel Franzoni, Fr. Bartolomé Righetto, Fr. Graciano Zarun, Fr. Lorenzo Ballán. A éstos hay que agregar el tra­bajo del primer profesor laico: Lorenzo Ruiz Alvear, profesor de francés.

Estos estudios de Bachillerato Común tenían una línea de formación definida ya que estaba destinada a jóvenes con vocación religiosa que, en su totalidad, eran internos.

Ya encontramos nombres conocidos en esas primeras listas de alumnos; muy reducidas com­paradas a las actuales: Pablo Bergandi, Angel Cardozo, Narciso Corradini Gustavo Heresia Juan Carlos Maqueda, Ri~ardo Ortiz, Jua~ Carlos Palacios, Horacio Robledo, Alberto Ro­sas y Juan Antonio Santos

Los Laicos comienzas a colaborar

También en este periodo los primeros laicos comienzan a colaborar con el Seminario: el Prof. Ingeniero Claudio Dufour y más adelante, los profesores Eduardo Elli, Bruno Marchiana, Cesar Carlos Achile, Carlos Tornatore.

Ya en 1963 está el Ciclo Básico completo.

En 1964 eran cerca de 80 los seminaristas.

Casi todos ellos del interior de la Provincia de Buenos Aires, de Entre Ríos y de Santa Fe.

En 1965 está al frente del Instituto Fray Lorenzo Ballán. En este periodo se producirá un gran cambio: Los nuevos aires originados en el Concilio Vaticano II soplarán fuerte y traerán, como en toda la Iglesia, una gran renovación. Es bueno detenerse en este aspecto porque las con­clusiones finales del Concilio aportarán las nuevas ideas que se irán plasmando dentro de la forma­ción de los seminaristas. Signos nuevos de apertu­ra y de diálogo para una búsqueda en común de nuevos caminos. Quizá, el primer signo de reno­vación es que ya no todos los frailes aparezcan en las fotos con sus "sotanas".

En el '65 que ya los libros de actas tienen una grafía determinada: la del Secretario Alfredo Alejandro Remersaro, el cual, con su cáustico humor, recordaba a los profesores sus segundos nombres, que los mismos dueños preferían olvi­dar.

Formación de la Comunidad Educativa:

Ya hablamos con preocupación de la Comuni­dad Educativa, en la cual tendrán participación activa los Frailes, Profesores, Padres y Alumnos.

Hablamos de cambios, de cómo implementar­los, se realizan asambleas con los alumnos con el objeto de clarificar sus expectativas.

Se redacta una encuesta donde aparecen pre­guntas como: ¿ Qué les puede dar la escuela se­cundaria? ¿ Qué es educación? ¿ Qué esperan de este colegio y por qué lo eligieron? ¿Qué esperan de los profesores?

Los alumnos ya cuentan con un profesor con­sejero elegido por elIos. Corre el año 1973.

Comienza a colaborar con la dirección un ex­alumno: Fray Miguel Angel López. No es el úni­co de los primeros alumnos que ya ocupa un lugar en la conducción del Instituto. Han recibido y, por lo tanto, ha llegado la hora de dar. Encon­tramos otros ex-alumnos: Mario 8rollo, Alcides Tofful, Elvoy Venturini, hoy frailes.

Merecen un recuerdo especial aquellas fiestas de San Francisco cuando veíamos inundado el colegio con los familiares de los seminaristas del interior. Ese aire fresco, alegre, con ritmo a cha­mamé; que nos tratan experiencias y formas de vida que, en el fondo, envidiábamos. Recorda­mos esas charlas con padres de manos curtidas, pero de palabras calidad, de respeto y afecto.

Las reuniones alrededor de largas mesas ter­minaban con cantos de otras tierras, que en mu­chas ocasiones las entonaban, nostálgicos de su patria, los frailes italianos.